viernes, diciembre 11, 2009

El transporte "público"

Hace un mes, el 15 de Noviembre, tuvo lugar la III edición del premio a la innovación en el transporte público profesor Andrés García. Básicamente se trataba de encontrar una idea innovadora con base tecnológica que mejorase cuatro aspectos: seguridad, accesibilidad, confort y sostenibilidad.

Estuvimos más de un mes pensando una idea más que innovadora, transgresora. Algo que cambiase el concepto de transporte público (o más bien lo aplicase) y que, como usuario habitual, pudiese repercutir satisfactoriamente en su uso y utilización. La idea no era nueva en si, de hecho es tan sencilla que por eso podría ser tan beneficiosa y productiva: Dejar de hablar de “viajes” y hablar de “trayectos”. Lo que el usuario quiere es moverse de un punto a otro, recorrer un trayecto, no realizar un viaje a un lugar indeterminado y, en el mejor de los casos, pagar otro viaje para finalizar el trayecto. Esto ya lo hacen algunas ciudades como Zaragoza o Ámsterdam, validas tu billete y los desplazamientos en la siguiente hora de la validación están incluidos en el mismo billete. La base tecnológica de la idea sería el como implementarlo.



Los beneficios de este método son claros. Para los usuarios les da mucha libertad y ahorro de dinero. No estarían supeditados a comprar un abono transporte o en su defecto utilizar un solo medio de transporte, generalmente el metro ya que con un solo billete hay muchos más destinos que el autobús. Con un solo billete por trayecto, se liberaría la carga de usuarios de metro ya que hay líneas que no tendrían porque utilizarse para ciertos trayectos cuando es mucho más efectivo en tiempo combinarlo con cercanías o autobús. Por ejemplo una persona que quisiera ir a Atocha desde la estación República Argentina podría utilizar dos caminos, o bien línea 6 hasta Cuatro Caminos y ahí un buen trecho de línea 1 o bien una estación a Nuevos Ministerios con trasbordo en la Renfe. Los beneficios para el consistorio serían menor saturación en la red de transporte público con igual número de viajeros, mejorando el confort de no ir como borregos al matadero. Esto repercutiría indirectamente en la satisfacción de los usuarios que podrían elevar su número, permitiendo que la utilización de la red se optimizase y compensando la aparente perdida de ingresos por cobrar por trayecto en vez de viaje. Ni que decir tiene que más gente en transporte público, menos gente en transporte privado por las carreteras, menos contaminación y más sostenibilidad. En resumen, hacer que el transporte público tenga como fin principal ser un servicio público.

La verdad que me alegro de no haber estado diez días plasmando las ideas sobre papel (que por cierto es una “gran idea de sostenibilidad”…) ya que como se ha visto con el incremento descomunal del metrobús de diez viajes en la comunidad de Madrid, lo que interesa en Madrid es la pasta y recuperar todo el dinero que nuestros políticos han despilfarrado y siguen haciéndolo. Que me perdonen todos de los que dude e incluse pude ofender al decir que cómo pensaban que iban a subir el billete de diez viajes a 9 EUROS cuando 10 billetes sencillos son 10 EUROS. Lo dicho ver para creer y el jurásico al poder.

viernes, diciembre 04, 2009

“¿Tú te fiarías de mi?” Segunda entrada

Y en estos tiempos aciagos se muestra lo mejor y lo peor del género humano. Todo esto viene por una situación que me sucedió hace unas semanas. Saliendo de un metro de Madrid, hacia las siete de la tarde ya de noche, sentí algo extraño en el ambiente, como de tristeza y pesadumbre. La oscuridad por si sola no tenía la causa, no había mucha gente por la calle, pero lo que si había era una ristra inmensa de taxis sin usuario. Y con no mucha esperaza de conseguirlo. Ahí empecé a pensar en todo esto, en el sueño de las vacas gordas y las flacas, en como teniendo unos años extraordinarios económicamente hablando, ningún gobierno ha sabido prevenir. ¿No es de lógica que todo lo bueno ha de cambiar? Como dijo Newton, todo lo que sube tiende a bajar. Tanto cuento de la cigarra y la hormiga y resulta que luego no se aplican el susodicho cuento.

Volviendo a la historia, el melancólico ambiente de esta calle por la tarde no hacía más que apresurarme en cumplir mis recados que había que terminar lo antes posible para poder realizar otros (esto es la vida en gran medida, encadenar tareas). Al meterme en otra calle paralela, el ambiente y pesadumbre era similar. Y como en la anterior, las sensaciones extrañas se sucedían sin encontrar un factor común claro. Dos personas esperándose, sacando y enseñando algo del maletero de un vehículo, al completamente normal y que perfectamente puede no serlo, gente vagando como fantasmas sin interacción… En estás, levanté mi reloj para ver que tenía 5 minutos de margen, cuando la situación que explica el título de la entrada me encontró. Un hombre me pregunto que si podía ayudarle. Aunque en estás situaciones la prudencia y la desconfianza recomiendan ser ciego y mudo, me paré por si realmente podía ayudar. El hombre me explicó que habían tenido un problema con el coche, a lo que yo pensé: me toca empujar. El reloj pareció apretarme la muñeca como diciendo “¡No llegas!”. Desestimé esta apreciación, pensando que a mi me gustaría que en esta situación me ayudasen. Me indicó que no necesitaban ni empujar ni nada de eso. Que en esta ciudad nadie les ayudaba. Y en ese momento llegó “la Frase”.

“¿Y tú te fiarías de mí?”. Me contó que el y un compañero habían venido a Madrid a trabajar por el día (¿qué otro trabajo han fomentado los diversos gobiernos que no haya sido el de albañil?) y, después de haberlo hecho, no les habían pagado (claro sin tener contrato por hacer las llamadas “chapuzas”). Llevaban todo el día sin comer. Todo esto me pareció muy verosímil y de hecho tengo constancia que mucha gente se aprovechaba, se aprovecha y se aprovechará en estos tiempos de personas asfixiadas por la necesidad.

Lo que me pedía era una aportación económica para llenar de gasolina la furgoneta y volver a su pueblo. No querían limosnas. “Con 40 euros habrá suficiente”. Esto ya empezaba a no verlo claro (40 euros desde luego no es una limosna). Ese capital no es moco de pavo, y me parece mucho dinero para gasolina. También es cierto que la gente que no es de ciudad no suele tirar por lo bajo, pero no me convencía.

La cara del hombre transmitía pesadumbre y me hacía dudar. Pero añadió muy campechano “vamos, me ayudas y te vienes cualquier día a mi pueblo, matamos un cordero y lo hacemos asado”. Ahí me dejó de cuadrar todo. Lo primero, la gente de fuera de Madrid suele tener un ligero acento, cosa que no ocurría. Además hubiera tenido que sacar dinero de un cajero, cosa que jamás hubiera hecho de ninguna de las maneras (un riesgo innecesario que pudiese devenir el peligroso). Opté por la opción fácil y cobarde que es desentenderme del tema, y decir que no tenía dinero y el poco que tenía era para cumplir los recados. Me insistió si no tenía ni 5 o 10 euros para ayudar y definitivamente le dije que no y que tuviesen suerte.

Esa tarde y al día siguiente me sentía un poco culpable por poder ayudar y no lo hacerlo. Me pudo la prudencia pero tal vez me salvo de un engaño mi sentido común. Realmente no me fié de él, no lo tenía claro y en estos tiempos, la picaresca y el engaño están aumentando. Y así también tristemente la violenta delincuencia.

Cuando las cosas van mal siempre pueden ir a un poco mejor o mucho peor, así que para la próxima vez intentemos hacerlo bien desde el principio, pensando en el futuro y no en el presente. Porque en el cuento la hormiga ayuda a la cigarra, pero en la vida real, la cigarra atacaría a la hormiga y está se comería a la cigarra.

miércoles, diciembre 02, 2009

“¿Tú te fiarías de mi?” Primera parte

Con los nuevos datos del paro conocidos hoy miércoles, ya hay casi 3,9 millones de parados en España. La cosa no marcha bien, por mucho que otros sonrían y habrán los ojos intentando dar confianza (pasados más de 15 meses sin solución, la imagen se deteriora y en este caso mucho). Hoy además se presenta la famosa “ley de economía sostenible” que según el gobierno iba a cambiar el modelo económico español tan orientado al turismo y la construcción. Me quedo con la frase del portavoz de CiU, Josep Sánchez Llibre, la ley tiene "mucho envoltorio y poca proteína" (y omito lo de que es una amalgama de modificaciones "inconexas" de distintas leyes).

Esto es como cuando hacías un examen en el colegio o la universidad y llenabas más de dos hojas escritas y te puntuaban un 0 o 0,25 en la pregunta “¡Pero si he escrito dos hojas!”. Ya pero no has hecho lo que pedía, responder a la pregunta. “¡Apruébeme por favor, que así me aprueban también matemáticas, que solo me quedan dos!”. La otra asignatura no me concierne, por lo cual no puedo evaluarte ni basar tu aprobado en el aprobado de la mía.

Pues bien esto es lo que ha hecho el gobierno, ha puesto un nombre muy bonito a su “ley estrella” que nos sacaría de la crisis, con toda la palabrería superflua e insustancial. No veo el fomento de industrias que pudiesen tener un peso específico en la economía. Tienes personal sanitario de la mejor calidad y formación: USALOS. Promueve la investigación sanitaria invirtiendo dinero, creando centros, en definitiva, utilizando tus recursos. No. Es mejor que se vayan a otros países a ofrecer sus servicios los cuales has formado en casa. El sector energético en España podría llegar a ser muy importante, ya que disponemos de muchos recursos naturales que pueden utilizarse sin perjuicio para el medio ambiente. El sector de las TIC puede evolucionar y dar servicios de calidad, no solo ser competitivos por el bajo coste. En ese segmento no deberíamos movernos porque ni podemos ser competitivos ni nos interesa.

Y encima de no resolver “la pregunta” intenta aprobar otra asignatura pendiente que poco tiene que ver, imponer la legislación del Ministerio de Cultura a Internet. Es como si te diese clase de lengua el profesor de matemáticas, por poder puede hacer aunque no sería su especialidad, no lo haría seguramente tan bien y podría considerarse intrusismo.

Estos males de los que pecaría esta metáfora, se extrapolan a la sociedad. Hasta hace un año en España primaba y mucho la experiencia frente a la preparación. Ambas cosas van de la mano, la una sin la otra es insostenible. Pero si trasmites la imagen de que gente sin formación triunfe mayoritariamente frente a gente formada en las mismas cotas de edad, se produce un problema en las generaciones siguientes: ¿para que prepararme más si no me va a valer para nada? ¿Para qué estudiar 6 años medicina, tener que emigrar a otro país si con un trabajo sin cualificación, usando tópicos peón y cajera, desde los 16 o 18 años puedo ganar bastante? Claro en los años de bonanza la inestabilidad no se ve, pero ahora se sufre.

Y en estos tiempos aciagos se muestra lo mejor y lo peor del género humano. En la proxima entrada comentaré a qué viene todo esto y el porqué del titulo. No os preocupéis antes del viernes la tendréis