jueves, junio 14, 2012

Islandia 10 de Septiembre 2011: Kirkjubaejarklaustur, Eldgja, Landmannalaugar y Hella

Después de la noche de las auroras, nos despertamos para ponernos camino a Landmannalaugar. Antes que nada, como nos pilla al lado vamos a ver Kirkjubaejarklaustur y su “suelo de iglesia”. Es una formación basáltica muy curiosa porque durante muchos años se creyó que era un antiguo suelo de una iglesia derruida. Su acceso no está muy claro, lo indica una señal pero atraviesa un campo con una valla que se cierra y en el que tienes a las ovejas a escasos metros. Después de coger pan (baguettes) para hacernos unos bocatas, nos pusimos en camino tomando la carretera 208.

Esta carretera es solo para todoterrenos ya que hay algún rio que vadear. Está carretera es la que hubieran tenido que coger la gente en Julio de 2011 cuando un puente de la Ring Road se vino abajo por el derretimiento de parte de un glaciar (al moverse el magma del volcán) y formarse una riada. El camino tampoco es excesivamente exigente, aunque se hace un poco pesado y el vadeo de ríos siempre infunde respeto. Eso si el paisaje es preciosos y eso que teníamos calima que nos impedía ver a lo lejos. Después de unos cuantos vadeos llegamos al Eldgja, un cañon volcánico que pilla de camino a Landmannalaugar. Es una fisura de erupción volcánica de alrededor de 30 km de largo y que pertenece al mismo sistema volcánico que el volcán Katla. Dimos un paseo desde el parking para llegar a la cascada Ófærufoss. Es un paisaje singular, con un montón de rocas por el camino, muchas de las cuales se desprenden todavía. Había dos rocas enormes en medio que habían caído el año pasado y la otra apenas hacía un par de meses, que miedo. Llegamos a la cascada Ófærufoss. En su interior, en 1993 un puente en esta cascada se derrumbó debido a un exceso de agua del deshielo. Es una bonita cascada que, como hacía sol, nos regaló el primer arcoirirs que vimos en todo el viaje. Proseguimos nuestro trayecto ya que nos quedaba pocos kilómetros para llegar al mítico Landmannalaugar, con su famoso trekking de 4 días a Þórsmörk. Nos sucedió algo digno de mencionar. Vinos un vadeo de los grandes, con un montón de carteles. Como precavidos que somos, nos bajamos a investigar, leer bien las indicaciones y ver por donde era mejor cruzar. Es esto que vino un todo terreno bigfoot enorme que apenas se paro en el vadeo y levantó mucha agua. Lo cual nos llevo a la conclusión “si el puede tan fácil, nosotros también”. La verdad es que cruzamos sin problemas, pero también es cierto que no pensamos es que las ruedas del bigfoot eran casi tan altas como nuestro coche… así se cruzan bien los ríos.

A la llegada al camping de Landmannalaugar vimos un aparcamiento, que estaba realmente fuera del mismo pero había que pasar dos vadeos que decidimos ahorrárnoslos. Eran unas charcas muy hondas que yo creo que estaban para hacer la turistada de “he llegado a Landmannalaugar vadeando dos ríos”. En el parking dimos buena cuenta de dos bocatas de atún con tomate y paleta ibérica con tomate. Durmiento en el camping no vimos a mucha gente. La verdad es que parecía el campo base de un campamento del Sáhara, pero haciendo más frio y con aguas termales. Nosotros ya que habíamos recorrido tan largo camino decidimos hacer una pequeña ruta circular que hay cerca del camping de unas dos horas de duración.

Va por Graenagil, Bláhnúkur y Landmannahellir. Merece mucho la pena porque se ven todos los paisajes que nosotros habíamos visto de Islandia (a excepción de fiordo, que no hay mar, ¡y había hasta chupones de hielo!). Campos de riolita, campos de lava, Hvellir… y una gama de colores expectaculares, marrones, verdes, rojos, grises, negros... Después de esta ruta, decidimos continuar hasta Hella donde nos alojaríamos las 3 noches siguientes. Fuimos por otra carretera, para salir más adelante y porque era mejor carretera (así nos explicamos que un Yaris llegara hasta el camping) sin vadeos ni problemas.



Llegamos a nuestras cabañas Arhus en Hella. Unas cabañas de madera con las camas un poco pequeñas, pero que eran acogedoras, calentitas y en las que hubiéramos cabido 6. Nos comimos una pasta con salsa de tomate (dando una vuelta por un supermercado local para ver si había algo nuevo que comer… que va ser que no) y sweet chili algunos y por la noche… ¡Auroras! Otra noche con unas bonitas luces del norte. Lastima que la luna estuviera llena y muy alta en el firmamento… aunque vimos algunas muy chulas.

sábado, junio 09, 2012

Islandia 9 de Septiembre 2011: Skaftafell, Svartifoss, Falljökul y Hvoll

Personalmente este día fue el mejor de todo el viaje con mucha diferencia. Como todos los días madrugamos. Este día teníamos desayuno en el hostel, así que cogimos fuerzas con la mermelada de naranja y fuimos hacia el parque nacional de Skaftafell. Pasamos otra vez por la laguna glaciar y seguimos pensando como era posible que apareciese de la nada. Es una de las principales atracciones turísticas del país

Skaftafell National Park está situado entre Kirkjubæjarklaustur (Klaustur) y Höfn. Forma parte del PN Vatnajökull. La entrada principal está en Skaftafell, junto al glaciar Vatnajökull. Hay que desviarse unos cinco kilómetros desde la Ring Road para llegar al centro de visitantes donde hay una pequeña cafetería, un aparcamiento con mesas de picnic y una zona de camping. En la oficina de información del parque informan sobre las distintas rutas que se pueden hacer. La primera ruta sale junto al camping, a la derecha de la oficina de información. Desde aquí salen la mayoría de las rutas y luego se pueden ir enlazando.

Cuando llegamos lo primero que hicimos fue contratar la excursión por el glaciar. Llegamos tarde así que le preguntamos a un chico que cuando salían las demás y cual merecía más la pena. Ya íbamos con información privilegiada. Nos había dicho que había una ruta de 2 horas y media que era para niños y jubiletas que cogiésemos la más larga. El problema es que eran 5 horas y claro eso impresiona. Preguntando al que sería nuestro guía, nos dijo que al final se estaban de 3 horas a 3 horas y media solo sobre el hielo y que no tendríamos ningún problema. Así que nos lanzamos y contratamos la excursión por 60 euros por barba con glacier guides. Desde luego que no nos íbamos a arrepentir.

Como la excursión salía a la una de la tarde, y eran poco más de las diez y media, decidimos hacer la ruta para ver Svartifoss. Hasta la cascada hay media hora o algo más, caminado por la montaña entre arbustos bajos, hasta llegar al cortado donde cae la cascada. Seguimos la ruta pasando por algún mirador donde disfrutar del espectacular paisaje hasta llegar a una segunda cascada, la Hundafoss, menos espectacular pero también muy bonita.


La primera parte del camino va subiendo la ladera de la montaña durante algo más de media hora hasta llegar al lateral de una de las lenguas. Una vez en este punto, el sendero sigue por la ruta larga, bordeando el glaciar, o se puede seguir otro camino más corto, que va hacia la Svartifoss.

Svartifoss (Cascada Negra) está rodeada por columnas basálticas negras, de origen volcánico, que le dan su nombre. Las columnas hexagonales fueron formadas por un proceso de cristalización dentro de un flujo de lava al enfriarse de manera extremadamente lenta. Formaciones similares a esta se encuentran en la Calzada del Gigante en Irlanda del Norte y en la isla de Staffa en Escocia. La base de esta cascada está repleta de rocas afiladas, a medida que se desprenden nuevas secciones de columna hexagonal, más rápido de lo que el agua tarda de limar sus. Tiene su origen en las aguas del deshielo del glaciar vnafellsjökull. Durante el trayecto de subida hay otros saltos de agua como la cascada Hundfoss (cascada de los perros). Muy cerca de la cascada Svartifoss hay un desvío hacia el Mirador de Sjónarnípa. La caminata vale mucha la pena ya que desde este punto podréis disfrutar de unas espectaculares vistas del glaciar de Skaftafellsjökull y del desierto de arena. Pero a nosotros no nos dio tiempo ya que teníamos cita con el glaciar.

Íbamos a ir por la lengua Falljökul, a los que habíamos cogido la excursión larga nos dieron arneses, piolets, cascos y crampones. Hacía un sol de justicia aun así decidí llevarme el superabrigo. Nos montamos todos, excursión corta y larga, en un autobús del cole americano que nos llevaba a la lengua, 20 minutos de trayecto. Nada más llegar, empezamos a ponernos los arneses y yo empecé a ponerme mi forro polar y mi abrigote. El guía me dijo algo así como “Amigo, creo que vas demasiado abrigado” con una camiseta de manga corta. ¡Será mamón el tío! Podía habérmelo dicho en el parking. Pues el forro fue a la mochila y el abrigo a llevarlo en los brazos. No tenía frio porque hacía sol, llevaba mallas y una camiseta interior de esquiar. Después de más de media hora andando por lo que creímos tierra llegamos a la lengua. Pero no era así, todo el rato que íbamos andando como por tierra, en realidad era hielo. Vaya sorpresa nos dimos. Otros diez minutos tardamos todos en ponernos los crampones mientras nos contaba la historia de los glaciares. Nos llevó a dos agujeros que se habían formado y en ese momento fue cuando nos alegramos de haber cogido la excursión larga: el otro grupo de la corta regresaba al autobús.
Nosotros que le estábamos cogiendo el gustillo a andar por el glaciar, pudimos continuar (menos mal). Como hacía bueno, el agua fluía por todas partes y como nos dijo el “amigo” esta agua era muy pura y se podía beber directamente… y eso hicimos (incluso yo que era muy reacio y al final nos cascamos varias botellas… por suerte sin dolor de estomago por el frio). Nos metió por zonas blanquitas, por zonas llenas de ceniza, por pequeñas cascadas de agua que se iban formando, por cuevas… todo esto camino de unas crestas espectaculares. Nos enseñó a subir y bajar por el hielo a andar lateralmente para no caernos (todo esto en el contexto de meros aprendices). Fueron tres horas por el hielo espectaculares, donde la belleza de la naturaleza te deja sin palabras. Cansados pero contentos regresamos al parking a recoger nuestro coche. La sonrisa no se podía borrar de la boca.

Proseguimos hacia Hvoll donde dormiríamos esa noche. La verdad que ha sido uno de los hostel que más me han gustado. 3 cocinas, habitaciones bastante amplias, comedor grande. Como estábamos cansados nos hicimos pasta para cenar y nos fuimos a dormir. El cielo estaba despejado pero no veíamos ninguna aurora. Decidimos poner la alarma del móvil cada hora para ver si veíamos alguna aurora. Pero no veíamos nada, nos asomábamos por la ventana y veíamos a gente como nosotros que miraba, pero nosotros seguíamos sin ver nada. Mi primera alarma sonó a las 00:30 me asomé a la ventana, salí por una puerta lateral pero seguí sin ver nada. La cosa es que veía a la gente que miraba y yo pensaba ¿Cómo serán las auroras…? Hasta que vi unas pequeñas franjas blanzas en el cielo SIIIIIIIIIII eran auroras, nos vestimos corriendo y bajamos abajo. Pregunté a un americano gigante que si había luces del norte y con una sonrisa como la de papa Noel, dijo, “si, lo son”. Amablemente nos regaló un secreto, si íbamos a la parte de atrás del hostel había una mesita donde no había casi luz y donde se veían mejor las auroras. Guau, que maravilla el cielo lleno de esta belleza natural. Como había luna llena se veían más blancas que verdes (verdes se veían cuando eran muy fuertes). Nos pasamos casi dos horas admirándolas, viéndolas bailar y pasando frio. La verdad que mereció la pena. Fue un día redondo, cascada, glaciar y auroras. Indescriptible.

jueves, junio 07, 2012

Islandia 8 de Septiembre 2011: Höfn y Jökulsárlón

La verdad que fue una pena lo del día anterior por el tiempo. Pensamos que tal vez a la mañana siguiente sería distinto. Pero no fue así, de hecho las carreteras que habíamos dejado atrás por el Myvatn estaban cortadas por la nieve. Nos lo dijo una pareja de españoles majos (los primeros que vimos) que estaban haciendo la ruta en sentido contrario a las agujas del reloj (menos mal que cambiamos el sentido por el Ferry Baldur). Por esta razón decidimos irnos cuanto antes, no fuéramos a quedarnos incomunicados en el Hostel-Hospital del pánico sin nada que hacer. Avanzamos por los fiordos del Este, que la verdad es que son bonitos. Pero si has visto los del Oeste, la verdad es que te saben a poco. Aún así es un trayecto agradable de conducir. Como íbamos a llegar pronto a Höfn decidimos avanzar un poco más hasta llegar a la laguna Glaciar de Jökulsárlón (Glacier Lagoon).


Jökulsárlón es el mayor y más conocido lago glaciar de Islandia con 18 km² de unos 75 años solamente. Está situado en el extremo sur del glaciar Vatnajökull, entre el Parque Nacional Skaftafell y la ciudad de Höfn. Una de sus características más llamativas es que se encuentra lleno de icebergs, que se desprenden de la lengua del glaciar Breiðamerkurjökull. Esto hace de Jökulsárlón probablemente el lugar del mundo en el que es más sencillo para acceder a un iceberg. Tiene una profundidad máxima de aproximadamente 200 m, lo que lo convierte probablemente en el segundo lago más profundo de Islandia. Desde su orilla es habitual poder avistar focas y aves marinas, especialmente charranes árticos y skuas, grandes gaviotas que anidan en el suelo en los alrededores del lago y que ocasionalmente pueden ser agresivas. Está separado del mar por una corta distancia, por lo que la acción combinada del glaciar, el río que vacía el lago (de sólo 1.5 km de recorrido) y el océano podrían llegar a transformarlo en un entrante de mar. Cerca de Jökulsárlón existen otros dos lagos glaciares, Fjallsárlón y Breiðárlón. Debido a su belleza, Jökulsárlón ha sido escogido como localización en numerosas películas, incluyendo Beowulf & Grendel, Tomb Raider, Muere Otro Día (James Bond), Batman Begins y Panorama para matar (película) (James Bond).


Su composición es de aproximadamente de un 50% de agua dulce y un 50% de agua salada por lo que los cristales de hielo son más duros, densos y brillantes que el hielo normal. Las temperaturas son bajo cero (la sal hace que el agua baje su punto de fusión hasta los -10 ºC ), hay zodiacs de seguridad. Si te caes al agua la hipotermia puede llegar entre los 2 y los 5 minutos. El color oscuro del hielo no es suciedad sino que se debe a restos de minerales de origen volcánico que el hielo ha atrapado mientras se desplazaba por la lengua del glaciar. El hecho de que algunos bloques de hielo sean azules mientras que otros son blancos se debe básicamente a un efecto de absorción de las diferentes longitudes de onda del espectro visible de la luz provocado por la densidad de agua contenida en el hielo. Así los trozos azules son debidos a que el hielo absorbe todos los colores del espectro visible (pensad en los colores del arco iris) menos el azul que lo refleja y es lo que nosotros podemos ver. Los tozos blancos son debido a que por su pequeño tamaño contiene muy poca densidad de hielo (agua) y no son capaces de absorber ninguno de los colores del espectro visible sino que los reflejan todos y por eso nosotros lo vemos blanco (las superficies que no reflejan ningun color sino que absorbe todas las longitudes de onda de espectro luminoso del visible para nosotros son negros absolutos). La verdad que una vez que lo vez impresiona aunque al principio te da la impresión de que es una turistada para que se monten los turistas en un barco y que no es hielo sino cartón-piedra ¿Por qué?. Pues porque no hay ni rastro de ningún rio, solo se ven a lo lejos las lenguas del glaciar y de repente al pasar una curva por la Ring Road aparece la laguna llena de icebergs. Y son de hielo, que cogimos uno para una foto y se te quedaban las manos heladas.


Decidimos comer allí, porque hacía sol y aunque el viento era fresquito, se estaba muy bien observando los icebergs y las focas. Nos pasamos el resto de la tarde intentando llegar a alguna de las lenguas del glaciar, pero siempre que nos acercábamos, se cruzaba un rio que nos impedía llegar. Aún así es curioso ir por un camino y cuando llegas al rio que detiene tu trayecto hacia la lengua, encontrarse un baño con forma de cabañita… estos islandeses piensan en todo. Pero tuvimos un fallo, no teníamos que haber hecho noche en Höfn y haber pasado dos en Hvoll. Höfn es una ciudad que no tiene mucho. Es el paraíso de la cigala pero quitando eso no tiene mucho que ver. 

La verdad es que nos alojamos allí porque creíamos que Hvoll estaba muy lejos, pero desde Jokursalon merecía la pena haber continuado. Nos pudo un comentario que habíamos leído en un foro diciendo que en Höfn habían comido la mejor hamburguesa con salsa de setas del viaje. La verdad es que nos la comimos nosotros también y no era para tanto (es más era un poco insipida). Briconsejo, hay que pasar de Höfn e ir más hacia Skaftafell. Las habitaciones no eran nada del otro mundo y era mucho más caro que el resto de hostels. Además tampoco esta noche en Hofn, aunque estaba despejada, vimos auroras.

sábado, junio 02, 2012

Islandia 7 de Septiembre 2011: Fiordos del Este, Egilsstaðir y Seydisfjordur

Este día prometía ser muy interesante pero el tiempo no acompañó nada. Fue el día de peor tiempo con diferencia con temperaturas cercanas a 0 (el chivato del coche indicando peligro por helada no paraba de parpadear). Desde Husavik fuimos hacía los fiordos del Este, pasando por Egilsstaðir para llegar a nuestro alojamiento Seydisfjordur.
La verdad es que como el tiempo acompañó tan poco, solo pudimos sacar algunas fotos del paisaje, con nieve recién caída y parar en el Bonus de Egilsstaðir a hacer la macro compra. Desde aquí nos quedaban 6 noches sin más Bonus cercas. Egilsstaðir es la capital de Oriente y Fellabaer es una aldea en la orilla opuesta del lago glacial / río Logurinn. Ambas comunidades se encuentran tierra adentro, en la mayor zona de tierras bajas del Oriente, donde el clima es suave en verano y frío en invierno, casi continental. Egilsstadir es el centro de comunicaciones de Oriente con un interno y un suplente del aeropuerto internacional.
Hacía tan malo que decidimos ir corriendo hacia Seydisfjordur no fuera a ser que nos cortasen las carreteras (inteligentes de nosotros, no pensamos en que para continuar nuestra ruta había que desandar el camino y podría estar cortado). Seydisfjordur es una ciudad turística y pesquera. La compañía del ferry las Islas Feroe, La Línea de Smyril, opera el ferry Norrona por lo menos durante el verano para el transporte de los visitantes a Islandia y permitir a los indígenas a utilizar sus vehículos en el continente europeo.
El alojamiento del lugar, el hostel, la verdad es que dejaba mucho que desear, tanto por las habitaciones (es un antiguo hospital que sin gente da yuyu) como por el personal (un poco soso). Esto ya lo indican en varias guías. ¿Por qué nos alojamos allí? Pues porque el pueblo en condiciones normales es precioso. Está rodeado por dos fiordos con sus cascadas y el mar. La verdad que tenía que ser fabuloso, pero con tanto viento frio y agua, poco pudimos hacer y ver. Simplemente cenamos en un restaurante majete pescado del dia y pez gato. Fue lo mejor de nuestra estancia, maldito tiempo y su cielo nublado que no nos dejaba ver auroras.

viernes, junio 01, 2012

Islandia 6 de Septiembre 2011: Husavik, Jökulsárgljúfur, Ásbyrgi y Hljóðarklettar

Este día tocaba Husavik y sus ballenas. Digo tocaba porque solo pudimos ver 1 lomo de ballena y 4 de delfín. La excursión puede ser la turistada… pero hay que hacerla por si acaso. Nada más sacar las entradas, las amables chicas de la taquilla nos dijeron que hacía días que no se veían ballenas (ya lo había podido decir antes).
En Husavik operan 2 compañías, una al lado de la otra y solo se diferencia en el bollo que te dan con el chocolate caliente. Por lo tanto da igual escoger una u otra. Nosotros tuvimos suerte cogiendo North Sailing porque salía 15 minutos después que el otro barco y si había animales nos los podían indicar. Lo primero que haces en el barco es ponerte un mono enorme para que no te cales y no pases frío. Después de eso estuvimos casi hora y media sin ver ningún bicho. Ya cuando tenía poca esperanza, el guía dijo su frase preferida “one o’clock”, había unos delfines moteados blancos (Lagenorhynchus albirostris, White beaked dolphin) que nos dedicamos a perseguir para que los turistas ansiosos pudiésemos ver algo y rentabilizar los más de 50 euros de la excursión. La siguiente media hora nos dedicamos a perseguir dos familias de delfines que como podían se intentaban escapar de nosotros. Les vimos el lomo unas cuantas veces hasta que desaparecieron y emprendimos vuelta al puerto. Después nos dieron el chocolate con el bollo, que al estar caliente entraba bien, pero nos sentíamos un poco engañados porque íbamos a ser el 5% que no ven ballenas (¿o el ver un delfín cuenta como avistamiento?). En esto que casi llegando oímos voces señalando atrás y llamando al capitán. Alguno pensamos “hombre al agua”… que con ese mono enorme si que hubiera sido un problema. Pero no, era una ballena (Balaenoptera acutorostrata, Minke whale) de unos 12 metros que claramente hostigamos para poder verla el lomo un par de veces. Y voila, ya estábamos dentro del 95% de éxito de avistamiento que reza la publicidad. En este barco también avistamos a algunos compañeros de viaje, el gordo yanqui y su novia (“si es un barco o turistada me monto”), los lufos mudos y los pijos de Majadahonda (que también eran muditos). Ya no veríamos más al Guty alemán y su amigo el calvo, pero habíamos encontrado a otros fans de los hostels. Después del avistamiento de ballenas, fuimos a coger nuestras cabañas (KALDBAKS - KOT) que estaban a la entrada de Husavik. Un lugar pequeñito pero acogedor, donde nos esperaba el dueño que nos chapurreaba palabras en español (“Maestro”, “Perfecto”… como se nota que les gusta el sol de Andalucía a estos guiris). Nos dijo que tenía unas cubas con agua termal, que tenían nuestro nombre para por la tarde (como nos dijo, voy a tirar el agua mañana asi que si queréis meteros…). En la cabaña nos preparamos unos bocatas de atún con tomate y comimos tranquilamente. Por la tarde teníamos que ir al parque nacional de Jökulsárgljúfur.
Está situado en el norte de Islandia, alrededor del río Jökulsá á Fjöllum. La traducción literal de Jökulsárgljúfur es “Cañón del río Glaciar”. Tiene una superficie de 150 km² y una longitud de 35 km a lo largo de la costa occidental del río glaciar Jokulsa. Forma parte del parque nacional Vatnajokull. Es fascinante debido a su caótico cañón y a sus montañas volcánicas. Los cañones del río tienen alrededor de 25 km de largo y se parecen a los grandes cañones de Arizona. Hace unos 8000 años un volcán entró en erupción violentamente justo debajo del río, lo que causó poderosas explosiones por la combinación del fuego, los gases y el agua. Las montañas alrededor del río fueron devastadas, por lo que sólo quedan en la actualidad ruinas mezcladas con formaciones volcánicas. También es especialmente significativo el cañón Ásbyrgi al norte del parque, con forma de herradura. Mide 1 km de ancho por 3 de largo. Su entrada está dividida por una meseta llamada Eyjan ("la isla") y las paredes de los acantilados miden por lo menos 100 metros de alto. Al fondo de Ásbyrgi hay un pequeño lago. Una leyenda cuenta que este lugar se formó cuando Sleipnir, el caballo de Oðin, pisó con uno de sus pies la tierra. Los científicos mantienen que la formación del enorme cañón se debe a una inundación relativamente reciente causada por una erupción bajo el glaciar Vatnajökull y el consiguiente deshielo.
En el centro del parque se encuentra Hljóðarklettar (roca de ecos), Es un conjunto de formaciones volcánicas de hace unos 8.000 años. Se encuentra a 8 km al sur de la desembocadura del cañón Jökulsárgljúfur. Esta lleno de formaciones basálticas de formas hexagonales muy espectaculares. La verdad que es un paseo muy agradable aunque no encontramos ninguna cueva de eco (aunque si la espectacular “Iglesia” y unas rocas que parecían mamuts).
De vuelta a nuestra cabaña, vimos que había bichos dando saltos donde habíamos estado con el barco por la mañana, así que cogimos unos primaticos y corrimos a verlos. Eran delfines… qué lastima. Nosotros que esperábamos ver ballenas. De esta manera regresamos a la cabaña y nos dimos un baño en las cubas de agua termal (estaba sucilla el agua… normal que las fuera a cambiar) pero nada que se pudiera comparar con la poza en la que habíamos estado el día anterior. Luego mientras nos duchábamos, nos dimos cuenta por qué Islandia puede ser tan independiente, energéticamente hablando. El Agua caliente la sacan de la actividad volcánica (huele a huevo cocido ligeramente podrido que por suerte no se impregna en la piel) y el agua fría lo sacan del glaciar. Con lo que los problemas de calefacción los tienen resueltos. Y de refrigeración no los hay porque ese día nos hizo unos 4 o 5 grados. Además se revolvió un poco el tiempo, lo que unido a que no cerramos, las ventanas hizo que spiderman y sus colegas se metiesen a dormir con nosotros (unos dormimos mejor que otros). Al día siguiente íbamos a ver los fiordos del Este (que si has visto los del Oeste y no hay frailecillos, no son tan impactantes).